En DesTapadas celebramos el Dia del Orgullo Friki dándole un repaso a esta subcultura.
Hay que ser friki. Lo extravagante, raro o peculiar no pasa de moda. Lo friki sigue arrastrando sus topicazos, pero las redes sociales y el consumo de series y películas en streaming han cambiado la visión de esta cultura. Por eso celebramos el dia del orgullo friki. Han pasado de ser los raritos antisociales a personas que molan tela. Nerds, geeks, otakus, trekkies, gamers… De monstruosidades expuestas en los ‘Freak Shows’, a millonarios influyentes que cambian el mundo a base de metaversos.
Frikis por definición
Seguro que alguna vez te has preguntado de dónde viene la palabra friki. Tiene su origen en el término ingles freak que aparece por primera vez en varias obras del Renacimiento para referirse a algo caprichoso o repentino, pasando ya en el siglo XIX a denominar a personas con malformaciones físicas o rarezas que se exhiben en los circos ambulantes.
Actualmente, según la RAE, el significado de friki se reduce a tres acepciones:
1. adj. coloq. Extravagante, raro o excéntrico.
2. m. y f. coloq. Persona pintoresca y extravagante.
3. m.y f. coloq. Persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición.
Pero más allá, la verdad es que no existe un colectivo más heterogéneo y ecléctico. Hay un friki para cada ocasión, para cada uno y cientos de universos simbólicos donde hacerse realidad. Evasión, diversión, búsqueda de pertenencia e inconformismo con la vida convencional parece que son los parámetros clave para comprender qué aúna esta cultura que está en boca de todos.
Pero... ¿qué significa ser friki?
Para simplificar, se define a los frikis como personas con aficiones culturales que van desde la ciencia ficción, los videojuegos o la literatura fantástica, a la programación o los viajes espaciales. Algunos son auténticos eruditos en uno o varios campos, y conforman comunidades donde socializan, participan de eventos o compran en tiendas especializadas.
El universo friki también lo componen geeks y nerds. Ambos son parte del mismo movimiento cultural de corte intelectual. Un geek prefiere concentrarse en sus intereses, trabajo o aficiones. La tecnología como forma de vida. Sus hobbies incluyen juguetes y manga japonés y son fanáticos de la cultura popular. Los nerds, en cambio, admiran la alta cultura. Están abocados completamente al estudio y la labor intelectual hasta el punto de que pasa totalmente de otras actividades.
Los otakus, por su parte, son apasionados de la cultura japonesa, especialmente manga y anime. El de más rápido crecimiento: el de los Idols (1.8 mil millones de dólares). Ya no es un estigma. Hasta el ex viceprimer ministro de Japón, Taro Aso, reconoce ser otaku.
¿Más frikis? Los apasionados de los videojuegos (gamers), los devotos de Star Trek (trekkies), los obsesionados con una marca (fanboys/girls)… Ser friki mola y está de moda. Y además, vende. Han pasado de ser considerados unos pardillos antisociales -“¿He sido yo?”- a valorarse como seres inteligentes y cultos, partícipes de un mundo interesante y divertido al que asomarse. El nivel de frikismo ya va en cada uno. ¡Incluso tú también podrías serlo y no haberte enterado! Afortunadamente, puedes comprobarlo con este test friki.
Dia del orgullo friki
Durante los años 60 y 70, el término friki pasa a connotar una actitud antisistema en Estados Unidos. Asociados a la cultura bohemia y hippie, surge la escena freak más enloquecida y pre-punk con el compositor Frank Zappa. El término llegaría años después a España para definir tanto a los amantes de la cultura popular como a fenómenos televisivos asociados a los reality shows. En 1992, Alfonso Arús abrió las puertas al frikismo televisivo y lo friki cayó para muchos en vergüenza. Los frikis españoles eran archiconocidos: Carmen de Mairena, Leonardo Dantés, el padre Apeles, el Risitas -que incluso llegó a anunciar pizzas en Finlandia- o Rodolfo Chikilicuatre. Con su ‘Chiki-Chiki’ alcanzó la decimosexta posición en 2008 en un festival de Eurovisión que aquel año ganó Rusia...Spain is different.
Para romper con el estigma del friki y reivindicar la pasión de poder vivir otras vidas y mundos narrativos surge el Día del Orgullo Geek (conocido como Dia del Orgullo Friki en España). Cada 25 de mayo se celebra la fecha de estreno en 1977 de la primera película de la saga de La Guerra de las Galaxias. A esta fecha se suma desde 2001 el Día de la Toalla, como homenaje al escritor de la novela de ficción ‘Guía del autoestopista galáctico’. Y como no hay dos sin tres, se celebra también ‘El Magnífico 25 de mayo’ de la saga Discworld de Terry Pratchett.
Ser friki mola. Y además, vende
Echemos un poco la vista atrás. Estamos en el año 1935 y P.T. Barnum, un productor teatral sin escrúpulos, se dispone a amasar una fortuna con el Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus. Su principal atracción: una anciana afroamericana que anunciaba como la nodriza de George Washington y decía tener más de 160 años. La mujer era una esclava ciega y casi paralítica por la que Barnum pagó mil dólares, una fortuna en la época. Junto a ella, que acabó muriendo a los 80 años tras reportarle a Barnum millones de dólares que luego él invertiría y perdería en la lotería, se exhibían otros freaks como el enano Tom Pouce de 69 centímetros exactos; el monstruo sin brazos, Charles Tripp, o el que no tenía piernas, Eli Bowen, exhibidos juntos.
Barnum fue un genio del engaño y del marketing para atraer público a sus espectáculos. Terminó comprando el Museo Americano de Nueva York para exponer sus famosos fakes de criaturas disecadas y durante más de 20 años fue la principal atracción de la ciudad. Más de 38 millones de personas vieron allí a Annie Jones, la mundialmente famosa mujer barbuda, comprada con nueve meses a sus progenitores por 150 dólares a la semana. La cinta ‘El gran showman’, con Hugh Jackman de protagonista, se centra en los orígenes de este personaje y su circo.
Hoy en día, lo friki sigue haciendo dinero. Mucho más si cabe. El cine ha tenido gran parte de culpa, pero también el universo gamer, el coleccionismo, las tiendas y plataformas frikis especializadas, el cosplay, la música friki… La cultura geek no para de reescribirse y el marketing nostálgico también está ayudando a que la rueda no deje de girar.
Una serie, una peli, un anime y un disco muy frikis
Doctor Who. “El Doctor”, el último de los Señores del Tiempo, un extraterrestre del planeta Gallifrey que viaja en el tiempo y en el espacio a bordo de la T.A.R.D.I.S. Un icono del frikismo y la cultura popular británica que ostenta dos Récord Guinness: a la serie de ciencia ficción de mayor duración y al episodio emitido simultáneamente en más lugares del mundo. ¡GERÓÓÓNIMO!
The Rocky Horror Picture Show. La adaptación al cine del musical homónimo está considerada como una película de culto. A día de hoy, aún se exhibe en cines de todo el mundo viviéndose como un acontecimiento en el que un público entregado a la causa canta, baila y recita en voz alta los diálogos. Aparece referenciada en multitud de series y películas como epítome de lo friki.
Evangelion. Un mundo futurista, check. Una amenaza de origen desconocido, check. La humanidad en peligro, check. Bio Mechas como última línea de defensa, check. Este anime de 26 episodios, que contiene elementos de filosofía, psicología y religión, supone un punto de inflexión en la historia del anime y la cultura otaku.
No cambié. Pues sí, no todo va a ser EE.UU, Reino Unido y Japón. En España también sabemos ser frikis, pero a nuestra manera. Tamara Seisdedos (también conocida como Ámbar y actualmente Yurena) nos enseñó que, si de verdad crees en ti mismo, no tienes porqué cambiar. Puede sonar friki, ¿pero acaso no lo es todo lo auténtico?