En DesTapadas analizamos cómo la Inteligencia Artificial está afectando a sectores tan diversos como el arte, la publicidad o el marketing.

Inteligencia artificial es un término que ha existido durante décadas, pero su aplicación a la sociedad moderna. De hecho, ha existido desde el comienzo de las computadoras. Los robots con IA pronto dominarán el mundo. podrían crear pinturas, películas, música, danza... o tal vez escribir su tesis. Operan de acuerdo con las órdenes recibidas de otro dispositivo. El consumo nocivo de alcohol y las drogas causan violencia en la sociedad. En consecuencia, los drogadictos deben ser tratados en lugar de castigados.

¿Has notado algo extraño? Hasta ahora, todo lo que has leído lo ha escrito un programa de IA de generador de textos. Aunque al final salió por peteneras, con unos retoques ni te darías cuenta de que al teclado no hay una persona de carne y hueso.

La Inteligencia Artificial es la próxima gran revolución. Si no eres asceta, va contigo en el GPS o en un asistente de voz. Dependes de la IA en tu vida diaria. Retratados con ansiedad en la ciencia ficción, los robots tampoco son noticia. Juntos sí lo son, porque el dueto Inteligencia Artificial y Robótica anda creando máquinas capaces de pensar y actuar como nosotros, incluyendo nuestro comportamiento creativo. Una inteligencia artificial con mucho arte que está revolucionando también el comportamiento del marketing.

Tipos de inteligencia artificial en el arte

Yumi debutó en el Teatro Verdi de Pisa dirigiendo la Filarmónica de Lucca junto al tenor Andrea Bocelli. Erica se marcha a Hollywood. Será la primera robot humanoide con inteligencia artificial en protagonizar un largometraje en la meca del cine. Con ciudadanía de Arabia Saudí, Sophia crea obras de arte y las vende como NFT en el metaverso. Ahora ha expresado su deseo de ser madre, abandonando su idea de destruir a los humanos. Ai-Da crea poemas, pinturas y esculturas. Su nombre homenajea a la matemática británica Ada Lovelace, la primera mujer programadora de ordenadores e hija ilegítima del poeta Lord Byron. Su obra se ha expuesto en la Bienal de Venecia. Acaba de presentar un retrato de Isabel II por los 70 años de reinado titulado “La Reina del algoritmo”.

Ai-Da es un robot dotado con inteligencia artificial y autora de la obra "Algorithm Queen".
Ai-Da es un robot dotado con inteligencia artificial y autora de la obra "Algorithm Queen".

No es una novela de ciberpunk, es creatividad computacional, una rama de la inteligencia artificial que desarrolla softwares que simulan comportamientos creativos. Con el uso de algoritmos y programas basados en las células nerviosas del cerebro humano, se instruye a los programas con obras de arte, estilos o autores. Después aplican sus conocimientos en las tareas que se les soliciten, con más o menos grado de autonomía.  Se puede imitar a Rembrandt con un software que imita la técnica del neerlandés al milímetro o escribir versos y poesía con WASP, una tecnología de IA que ya tiene hasta un libro hasta publicado “¿Puede un computador escribir un poema de amor?”.

Gigantes como Google no paran de sorprender con nuevas aplicaciones de IA como Imagen, capaz de crear obras hiperrealistas a partir de un texto; o Magenta una herramienta de código abierto que ayuda en las tareas de componer letras, crear ritmos o tocar el piano. Cómo si esto ya no fuera pura magia, lo último es que te expliquen con Pathways un chiste que no habías pillado. ¡A güan, a peich, agomenáuer!.

Robots con inteligencia artificial, ¿la nueva clase trabajadora?

La idea de que las máquinas pudieran comportarse como humanos ha sido soñada desde hace largo tiempo, pero fue el quinteto compuesto por Matemáticas, Filosofía, Lingüística, Neurociencia y Computación el que elevó al estrellato a la inteligencia artificial. Aunque Aristóteles ya coquetea con la idea de descifrar la mente humana a través de los silogismos, fue la llegada de los primeros computadores en 1940 la que marca el inicio de la revolución artificial.

Desde entonces, transcurren sólo diez años hasta que se plantea la pregunta: ¿pueden pensar las máquinas? Fue el británico Alan Turing -quién, por cierto, también descifró los códigos que los nazis enviaban durante la II Guerra Mundial- el que planteó en 1950 el problema y la solución diseñando un examen para la máquina que evaluaría comportamientos similares o indistinguibles del humano.

Su predicción de que para el año 2000 las máquinas serían capaces de engañar un 30%  a sus interlocutores humanos se cumplió cuando, en 2014, una máquina logró superar su test por primera vez en la historia: un chatbot (robot programado para charlar online) se hizo pasar por un niño ucraniano de 13 años llamado Eugene Goostman, contestando a preguntas de su infancia o sobre su pasión por Eminem.

Y es que el parecido entre el humano y la máquina siempre nos ha ilusionado. En el siglo X en China, se construyeron humanoides autómatas que cantaban y bailaban; proponían brindis en los banquetes o tocaban el sheng. En Alejandría, si eras lo suficientemente rico y ‘cool’, tenías que contar con un autómata para divertir a tus invitados. Descartes se llevó en su último viaje una muñeca mecánica igual que su fallecida hija; e incluso Edgar Allan Poe escribió un ensayo sobre la imposibilidad de que las máquinas pudieran razonar.

Culturalmente, los robots se han venido considerando compañeros ayudantes homólogos a sus humanos. Un robot -del checo robota que significa trabajo- es algo destinado a realizar “las tareas más duras al servicio del hombre” (Karel Capek, 1921), pero la inteligencia artificial ha cambiado las reglas del juego y ahora las máquinas son más que trabajadores forzados.

Derechos de autor artificiales

Una nota de prensa con información financiera escrita por un algoritmo de IA con el sistema ‘Dreamwriter’ ha sido reconocida por un tribunal con derechos de autor. ¿Puede una máquina tener derechos de propiedad intelectual?

Selfie tomado por el macaco Naruto con el equipo del fotógrafo David Slater

La aplicación práctica de la IA en ámbitos como la creación artística o la innovación está planteando retos también en el terreno del Derecho. Con IA se crean cortometrajes (Sunspring), artículos de prensa (Bertie), musicales (Beyond the Fence) y aunque siempre hay humanos de por medio, cada vez juegan un papel más activo. ¿De quién son las obras que se crean?

No es la primera vez que se debate sobre una obra creada por algo no humano, el caso del mono que se retrató en un selfie abrió un proceso judicial por los derechos del animal que resultó perdiendo, pero tiempo al tiempo… La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual estudia opciones como que la autoría vaya al creador humano o la de otorgar personalidad jurídica propia a la inteligencia artificial. El gran debate está abierto: ¿Tienen derecho las máquinas?

Robots y humanos: las nuevas duplas creativas

“Guiado por la intuición” es el título del primer anuncio que combina un guion redactado por inteligencia artificial y un rodaje dirigido por un humano. Sesenta segundos de duración para promocionar el nuevo Lexus ES. Entrenada con decenas de anuncios de productos de lujo junto con las respuestas emocionales que produjeron en los espectadores humanos, la inteligencia artificial utilizada para escribir el argumento del anuncio es la tecnología Watson de IBM.

Con grandes beneficios para las marcas, la industria publicitaria aplica la inteligencia artificial. La clave es que aumenta la eficacia de las estrategias de marketing logrando adecuar más el contenido al cliente. Se consigue entender al target y facilitar la venta.

Multinacionales como Vodafone, JP Morgan o Hilton han confiado sus campañas publicitarias a una compañía de nombre Persado. Su herramienta es capaz de crear anuncios de forma automática y generar contenido creativo utilizando la inteligencia artificial y la ciencia de datos. La última de la agencia McCann de Japón ha sido la incorporación en plantilla de un robot como director creativo. Puede que en el futuro, los robots con inteligencia artificial y humanos (con más o menos de eso) formen las nuevas duplas creativas.