En DesTapadas recorremos los atractivos del empaquetado de productos que hace tan famoso a Japón.
Hay paquetes que enamoran. Atraen, seducen, te conquistan y acabas con algo en casa sin saber cómo ha pasado. Y es que la magia de un packaging puede ser imbatible como reclamo de un producto o marca. En Japón, donde la competencia comercial es feroz, las dimensiones de sus encantos se han vuelto épicas: el hecho de que un envoltorio de Kit Kat funcione allí como billete de tren puede darnos una idea del poderío de esta industria en el país asiático.
En el principal consumidor per cápita de materiales de embalaje a nivel mundial, se combinan la innovación y la alta tecnología, con materiales de empaque naturales como la madera, la paja del arroz o el bambú. Envolver de forma tradicional es todo un arte en Japón, donde empresas como Shiseido han retomado la antigua forma de envolver los objetos a partir de telas. La técnica del Furoshiki permite mil usos para un soporte.
Pero de lo que el packaging japonés no se libra es de la cultura del anime, el manga y el tierno kawaii. Infinidad de colores vibrantes, personajes infantiles, mascotas de mejillas regordetas y suaves rasgos diseñadas para provocar tu instinto de compra. Comprobado está que las cosas lindas pueden moldear el comportamiento humano. Con esos dulces ojitos ¿quién no se lo lleva a casa?
Tradición y modernidad coexisten en todos los ámbitos de la cultura nipona y el packaging no iba a ser menos, sino más, porque el arte del embalaje japonés tiene alma propia y conquista con una mirada.
Un flechazo. Mariposas en el estómago… Nos pasa con esta lista que te dejamos como ejemplos de packaging inspirados en la cultura japonesa y en los que se respira lo kawaii en sus diseños. Algunos han sido premiados en los Japan Package Design Awards de Japón, un sitio donde pasear para inspirarse.